La nueva movilidad urbana y cómo debemos adaptar las calles de nuestras ciudades (con ejemplos)
La movilidad urbana está cambiando en nuestro país. El cambio más significativo son las restricciones de entrada y salida en la ciudad de los vehículos más contaminantes, la principal medida para mejorar la calidad del aire. Así, se trata de fomentar la movilidad activa, es decir, la del peatón y la de usuarios de vehículos no motorizados como la bicicleta o el patinete.
Y por supuesto, también se busca el uso de vehículos eléctricos, que ha supuesto el resurgimiento del cuadriciclo ligero y sobre todo de los llamados Vehículos de Movilidad Personal/Unipersonal o VMP/VMU. En esta categoría podemos encontrar el ya omnipresente patinete eléctrico, pero también otras variantes como el hoverboard, el segway o el monociclo.
La contaminación no es el único problema del tráfico en la ciudad. La congestión de las vías de comunicación también supone una gran barrera a la movilidad de los ciudadanos, y a la postre un impacto en su calidad de vida. Para combatirlo, se fomenta el uso del transporte público, pero también la movilidad multimodal, aquella que supone varias formas de transporte para un mismo trayecto y que optimiza y racionaliza los distintos servicios e infraestructuras.
Siguiendo esta línea, han surgido los servicios de vehículos compartidos, desde automóviles (carsharing) hasta bicicletas (bikesharing) y patines eléctricos. También busca racionalizar el transporte, en este caso los vehículos, ya que se estima que un automóvil particular se encuentra aparcado el 97% de su tiempo. Son servicios que se ajustan además a los nuevos hábitos de consumo de la sociedad, donde se prefiere el pago por uso (incluso en minutos) antes que el de propiedad con todo lo que ello conlleva (combustible, impuestos, mantenimiento, etc).
CARRILES PARA LA NUEVA MOVILIDAD
Se vuelve indispensable pues adaptar nuestras calles a esta nueva movilidad, con nuevos tipos de carriles que puedan ser usados por estos tipos de vehículos con todas las garantías de seguridad. Los carriles bici ya no son solo para las bicis, sino que se fomenta el uso de ciclocarriles que puedan ser usados por todos.
Supone un nuevo enfoque, el de la coexistencia de todos los tipos de vehículos frente al de la segregación ante la dictadura del automóvil particular. Surgen así nuevas técnicas y tipologías, como el de la Calle Completa, que concede su espacio a todos los tipos de vehículos en igualdad de condiciones.
Pero el fenómeno de la nueva movilidad no debe ser exclusivo de las grandes urbes. Pueblos y pequeñas ciudades también deben adaptar sus calles, pues también han cambiado las necesidades y prioridades de sus ciudadanos. Es en estos municipios de menor tamaño, al no existir tantas posibilidades de transporte público, donde más se abusa del vehículo particular, con los problemas que ello supone. Por eso, es responsabilidad de cargos públicos, gestores de tráfico e ingenieros conceder las infraestructuras adecuadas para esta nueva movilidad.
A continuación mostramos algunos ejemplos de cómo se resuelven estas necesidades en pequeñas y medianas localidades, con proyectos en los Grupo Triedro ha estado participando.
Ejemplo de carril-bici segregado
- Ubicación: Don Benito (Badajoz)
- Población servida: 37.000 habitantes.
- Longitud total: 3.000 m.
- Ancho del carril: 2,5 m.
- Superficie pavimento color; 5000 m2.
- Tipo de superficie: hormigón.
Ejemplo de ciclocalle separada por aparcamientos
- Ubicación: Valdelacalzada (Badajoz)
- Población servida: 2.750 habitantes.
- Longitud total: 1.200 m.
- Tipo de superficie: MBC.
- Simbolos pintados y cebreados: 125 m2.
- Plazas discapacitados: 5 plazas aparcamientos.
- Señales instaladas: 17 uds.
Ejemplo de ciclocarril integrado
- Ubicación: Montijo – Puebla de la Calzada (Badajoz)
- Población servida: 21.500 habitantes.
- Longitud total: 3.000 m.
- Longitud de ciclocalle: 1200 m.
- Ancho del carril: 2,5 m.
- Superficie pavimento color: 4000 m2.
- Tipo de superficie: hormigón y MBC.
- Señales instaladas: 110 uds aprox.