El sector energético en Extremadura (3): biocombustibles.
De todas las llamadas energías renovables, el biocombustible es quizás la menos conocida y la de menor uso en la actualidad, pero es con toda seguridad la que mayor futuro tiene. Los biocombustibles (especialmente el biodiesel y el bioetanol) vienen a ser los sustitutivos ecológicos –con una considerablemente menor emisión de CO2– de los combustibles fósiles tradicionales (petróleo y carbón), condenados a escasear y agotarse en el futuro; y no sólo eso, el proceso de obtención de la materia prima –eminentemente agrario– es mucho menos costoso y peligroso que la minería o las extracciones petrolíferas.
Así con todo, el uso de biocoumbustibles aumenta de manera lenta, pero constante; actualmente, sólo representa el 4% del total de combustible usado en la UE, pero ésta ya tiene como objetivo aumentar esta cifra al 10% en poco más de cinco años.
Como decimos, los principales biocarburantes son el biodiesel y el bioetanol. El primero es el sustituto del gasóleo, y se obtiene de plantas como la soja o el girasol, pero también aceites de cocina usados; un punto a favor teniendo en cuenta que estos aceites son altamente contaminantes si se vierten por el desagüe y alcantarillado y que la administración gasta auténticas fortunas en depurar las aguas contaminadas.
En Extremadura tenemos a la empresa ROGRASA, que no sólo recoge los aceites de bares y restaurantes de la región, sino que ha instalado contenedores de recogida doméstica –como los ya conocidos de papel o vidrio– en las principales localidades extremeñas (exceptuando curiosamente Badajoz). La empresa emeritense destina la mayor parte de estos aceites a la producción de biodiesel, por lo que el proyecto puede llegar a ser rentable si cuenta con el apoyo de la administración pública, y el beneficio para el medio ambiente es impagable.
Otro caso es el del bioetanol, que viene a complementar el uso de gasolina (incluso mezclado con ella), y que se obtiene mediante la fermentación de tubérculos y cereales ricos en azúcar e incluso de excedentes de alcoholes como el vino.
En Extremadura se están desarrollando investigaciones con cultivos alternativos como la colza, el sorgo o el kenaf. El que más futuro podría tener en nuestra región es el de la pataca, un tubérculo poco apto para la alimentación humana pero que presenta grandes rendimientos en la producción de bioetanol; además, su cultivo es mucho más sencillo y barato que el de otros como el maíz, por lo que podría representar una excelente alternativa a cultivos como el del tabaco, condenados a extinguirse.
FUENTES
HOY: «Los biocarburantes, una alternativa renovable cada vez más próxima»
El Periódico de Extremadura: «Un estudio plantea cultivar pataca para producir etanol»
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