AUMENTO DE SINIESTRALIDAD EN BADAJOZ
La provincia de Badajoz sufre un preocupante repunte de siniestralidad durante el 2014.
La mayoría de los siniestros se debieron a negligencias del conductor.
Esta semana la Jefatura Provincial de Tráfico de la provincia de Badajoz (en España) ha cifrado en 35 las víctimas mortales en accidentes ocurridos en carreteras pacenses durante el pasado 2014. Aunque en el histórico a largo plazo no es mal balance (la segunda mejor cifra de la década) supone un repunte preocupante con respecto a los datos de 2013, año en los que “sólo” 22 personas perdieron la vida.
Como profesionales de la Seguridad Vial, esta noticia nos resulta especialmente reseñable por, como apunta en el artículo de HOY el fiscal de Tráfico en Badajoz, Diego Yebra, «los grandes siniestros se podrían haber evitado si no se hubieran consumido sustancias o no se hubiera ido rápido». El fiscal se refiere a casos como a la salida de vía en Barcarrota donde fallecieron dos acompañantes de un conductor que «en una noche lluviosa y sin luz había rebasado a varios vehículos a velocidad temeraria», o al de Monterrubio de la Serena donde un conductor de retroexcavadora bajo la influencia de las drogas acabó con la vida de cinco menores.
Ante esto, el fiscal Yebra quiso recalcar en su intervención en la diferencia entre accidente de tráfico, donde ocurre un imprevisto o hay un fallo en la vía o vehículo, y siniestro, donde existe una responsabilidad directa del conductor. Aunque no le quitamos la razón, no quisiéramos sin embargo que esta diferenciación sirviese como motivo de resignación ante la incapacidad de poder influir en el comportamiento del conductor, y promover una conducción responsable.
En ISVIAL siempre hemos defendido que Seguridad Vial no es sólo realizar una correcta señalización de la vía o mejorar las condiciones del pavimento, sino también educar y concienciar a los usuarios desde la juventud sobre los principios de una conducción responsable. Y no sólo para que cada conductor sea consciente de su responsabilidad al volante, sino también para que cuente con todo el conocimiento y aptitud necesarios sobre todos los elementos que, al final, intervienen en el tráfico: conductor, vehículo y vía.