El pasado día 13 participamos junto con el Consejero de Fomento de Extremadura, Víctor del Moral, y la Directora General de Carreteras y Obras Hidráulicas, Dª. Montaña Jiménez, en la rueda de prensa que ambos ofrecieron en Mérida para presentar las cifras de siniestralidad en las carreteras extremeñas, que en 2014 han resultado ser las más bajas de la historia.
Como cada año, la DIRECCIÓN GENERAL DE TRÁFICO realiza un estudio con las cifras de seguridad vial y la siniestralidad en las carreteras españolas, y lo plasma en este balance que ve la luz no sólo para que podamos juzgar el valor del trabajo realizado por este organismo, sino para que todos los profesionales y los ciudadanos en general podamos extraer conclusiones y asumir nuestras propias responsabilidades.
Aunque el balance nos ofrece motivos para la satisfacción, también nos muestra hacia donde deben ir encaminadas las distintas medidas y políticas de prevención. Por nuestra parte, y lejos de querer perdernos en este amplio baile de cifras, vamos a intentar extraer algunas conclusiones concretas.
Este 2014 ha sido, a la luz de los datos, una prueba más del buen camino que lleva España en materia de Seguridad Vial dentro del marco de actuación de la Unión Europea (el Horizonte 2020). Y eso que algunas circunstancias no eran precisamente favorables: un mayor número de turistas, una población de mayor edad, un parque de vehículos más envejecidos, y el cambio de tendencia en el número de desplazamientos de largo recorrido; por primera vez desde el 2007, la cifra ha aumentado en un 1,57%, en total casi 360 millones de desplazamientos.
Centrándonos en las vías interurbanas, que son las que obviamente acumulan mayor siniestralidad, vemos que en comparación con el año 2013, se han registrado en 2014 3 víctimas mortales menos, reduciéndose la cifra en un total de 1.131 víctimas en 981 accidentes con fallecidos (19 menos que en 2013).
Aunque por lo general un descenso de la siniestralidad es motivo de satisfacción (sobre todo si se trata de una tendencia de más de 10 años consecutivos), si nos centramos en las carreteras convencionales, vemos que no sólo éstas son las que mayor número de fallecidos registran, sino que además este número ha aumentado considerablemente con respecto al año anterior. Unas cifras preocupantes teniendo en cuenta las herramientas que actualmente se están poniendo en manos de las administraciones públicas de nuestro país, por lo que se nos antoja imprescindible actuar de manera determinante en este tipo de vías.
En cuanto al tipo de víctimas o vehículos involucrados, vemos que, aunque por lo general se ha producido un descenso de víctimas mortales por tipos de usuario, los que sí ven aumentados sus cifras de mortalidad son (aparte de los ciclistas, colectivo que se ha mostrado especialmente vulnerable) los usuarios de furgonetas, camiones y articulados, vehículos principalmente usados por colectivos profesionales del transporte.
Ante este inusual repunte, se han venido realizando una serie de intervenciones concretas consistentes principalmente en trasvase del tráfico a vías de alta capacidad, controles de velocidad con radares específicos, control de cargas, o sistemas de identificación de conductores reincidentes.
En resumen, unas cifras de mejora que nos sitúan a la cabeza en materia de Seguridad Vial a nivel mundial, a pesar de la tendencia de retroceso de otros países punteros en concreto y de la Unión Europea en general. Sin embargo, como hemos visto todavía hay puntos concretos donde hay que trabajar con ahínco (la gran siniestralidad en las carreteras convencionales, la protección de colectivos especialmente vulnerables…) y en donde las administraciones públicas deben ser firmes a la hora de tomar medidas y realizar inversiones sin cortapisas. Al fin y al cabo, están en juego la vida de los ciudadanos.
25.000 víctimas menos. Un 50% menos de fallecidos en las carreteras europeas. Ése es el objetivo de la Unión Europea para el 2020, y España va por buen camino.
Las autoridades comunitaria establecieron ya en la década pasada una serie indicadores que sirven para medir el éxito en el camino para reducir a la mitad el número de fallecidos en accidente de tráfico. De esos indicadores seleccionados (13 en total) recogidos en el Plan Estratégico de Seguridad Vial 2001-2020, dos de ellos ya han sido alcanzados por España: «reducción de un 25% de conductores de 18 a 24 años fallecidos y heridos graves en fin de semana», y un «20% menos de fallecidos y heridos graves usuarios de motocicleta». Y todo ello ocho años antes de la fecha prevista. Y para este 2014 se está a punto de alcanzar los indicadores de «reducción del 30% de fallecidos por salida de vía en carretera convencional» y el indicador de la «tasa de fallecidos por millón de habitantes».
También por el buen camino vamos con otros seis indicadores: «reducción de un 35% del número de heridos graves», «reducción de un 30% de fallecidos por atropello», «cero fallecidos en turismo en zona urbana, «30% menos de fallecidos in itinere» (de camino o a la vuelta del trabajo) y la «reducción en un 50% el porcentaje de vehículos ligeros que superan el límite de velocidad en más de 20 km/h».
Sin embargo, los españoles tenemos tres importantes asignaturas pendientes, en las cuales no sólo no hemos aprobado sino que estamos empeorando nuestras cifras; son las correspondientes a los indicadores de «cero fallecidos sin sistema de retención infantil» (en 2012, 15 menores fallecidos iban sin ningún sistema de retención), otro es el del «10% menos de conductores fallecidos mayores de 64 años» y el último el de conseguir «un millón más de ciclistas sin que aumente su tasa de mortalidad».
Estas cifras, que demuestran el compromiso de los españoles con la seguridad vial, tiene tres lecturas: Por un lado, que queda camino por recorrer en la lucha contra la siniestralidad en las carreteras, sobre todo en los indicadores en los que aún suspendemos; por el otro, que la consecución de algunos de estos objetivos con tanto tiempo de antelación debe servir para incentivarnos en la búsqueda de nuevos retos; y finalmente que, aunque España está en la senda de lo correcto, los españoles no debemos dormirnos en los laureles en una tarea tan necesaria como la seguridad vial y tenemos que seguir trabajando para que los indicadores sigan mejorando y en ningún caso empeorando.
Sin duda en esta labor todos tenemos responsabilidades, pero a los ciudadanos de a pie se nos presenta una doble misión: Hacer autocrítica con nosotros mismos tratando de mejorar en nuestra conducción, y exigir a nuestros políticos que se trabaje duro en este campo, tomando nuevas medidas preventivas e invirtiendo sin racanear en el mantenimiento y la mejora de nuestras infraestructuras. La vida de 25.000 cada año están en juego.
Fuente: DGT Prensa
EX 101 entre Zafra y Fregenal de la Sierra. Presenta una IMD de 6.678 vehículos. Se realizaron estudios topográficos, de visibilidad y de trazado para proyectar las medidas de mejora.
Enero es un mes de hacer balance y estadísticas, pero sin duda una de las que más nos podemos alegrar es del descenso de víctimas mortales en las carreteras extremeñas. Y es que se han hecho públicas las cifras del 2012 para todas las comunidades autónomas y Extremadura es de las que más ha visto reducirse el número de accidentes de tráfico.
En concreto, se han registrado 50 accidentes mortales (aquellos en los que fallece al menos una persona en las primeras veinticuatro horas del suceso), 14 y 16 menos que en 2011 y 2010; ello a su vez ha supuesto que 55 personas perdieran la vida, 12 y 22 menos que en años anteriores. También ha descendido el número de accidentes no mortales, 90 menos que en 2011, y consecuentemente el de heridos graves y leves, unos 200 menos con respecto dicho ejercicio.
Aunque los accidentes se producen principalmente por culpa de los conductores (especialmente por conducir bajo los efectos del alcohol y por distracciones al volante) también son muchos los casos que el motivo son las propias deficiencias de la vía o la mala visibilidad en las mismas. Las autoridades señalan que los principales puntos conflictivos del 2012 han sido en tramos de las vías A – 5, N – 5, N – 630 y en varias de las que comunican las localidades de Badajoz, Jerez de la Frontera y Zafra.
EX – 206 entre Don Benito y Villanueva. Las acciones llevadas a cabo tenían el doble propósito de mejorar la seguridad no sólo para los vehículos sino también para los peatones.
Aunque estas cifras son esperanzadoras, tanto las autoridades como los profesionales del sector somos conscientes de que queda mucho trabajo por hacer en la región; en EXAL hemos tenido la satisfacción de poder trabajar directamente sobre algunos de estos puntos negros, como en la EX – 101 que une Zafra, Fregenal de la Sierra y Jerez de los Caballeros; o la EX – 206 entre Don Benito y Villanueva de la Serena, conflictiva no sólo para los vehículos sino también para los peatones.
En definitiva, una serie de actuaciones que no suponen más que nuestro particular granito de arena a que esas 12 personas no perdieran la vida el pasado año; sin duda un magnífico incentivo a la hora de afrontar nuestro trabajo cada día con más entusiasmo y dedicación.
Fuente:
LA CRÓNICA DE BADAJOZ: «Las carreteras extremeñas registraron en 2012 50 accidentes mortales de tráfico»
